Por: Rvdo Carlos Linares C.Según un sondeo que difunde los medios de comunicación el 79,6% de los panameños rechaza el matrimonio entre personas del mismo sexo.Una encuesta realizada por la empresa Dichter& amp;Neira y financiada por Ciprofam Internacional.
Tambien logramos en el Perú financiar una encuesta nacional para detener el avance de los liberales. Que la sociedad peruana en su 74.1 desaprobó el matrimonio de parejas gays. El proyecto de ley aprobado en Perú por la mayoría de la comisión de justicia y derechos humanos ha causado indignación a las organizaciones internacionales que defiende a la Familia e entidades religiosas evangélicas y católicas como a la sociedad civil.
Cualquiera que mantenga una opinión basada en la Biblia, acerca de la homosexualidad será inmediatamente investigado y acusado de crímenes de odio. Este proyecto de ley afecta a todas las confesiones de fe y medios de comunicaciones cristianas.
Hago un llamado a cada congregación, cada grupo de creyentes y a nivel individual, deberemos permanecer en estado de oración intercesora por la defensa de la familia,y cada congresista de la República para que se desistan en aprobar en el pleno el proyecto de Ley "Crimenes de Odio".
Tratan de cambiar el código penal y el código civil para tipificar los crimen de odio como una sanción de tipo penal.Ser homosexual es pecado”, decir eso lo llevaría a la cárcel.La ley crímenes de odio silenciara a la comunidad cristiana y organizaciones de Pro- Familia. Poner en peligro la libertad religiosa en el Perú, con penas privativas de libertad hasta 35 años.
Condenara a los pastores inhiben el comportamiento homosexual y prediquen en contra, el estilo de vida homosexual. Por eso hago un llamado a comunidad cristiana asumir nuestra lucha en defensa de nuestra libertad y no permitir que el pleno del congreso apruebe el proyecto de ley 3584/2009-CR”.
Le invito apoyarnos en oración y ayuno, y tomar medidas y presión a los legisladores. Transmitir a toda la comunidad evangélica para que esté informado del tema, no nos queda mucho tiempo,asumir nuestro llamado profético en estos últimos tiempos.La Iglesia debe asumir sus nuewvos retos.
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