LIMA.- No sé con qué cara algunos interesados afirman que la revocatoria ya se cayó, cuando la última encuesta de Apoyo -publicada ayer en El Comercio- acaba de revelar que la desaprobación de Villarán ha subido casi 10 puntos, a un altísimo 75%. Cierto es que su aprobación al mismo tiempo se ha elevado ligeramente (17% a 19%), pero en realidad lo que uno constata como una tendencia estable desde octubre pasado a estos días en los gráficos es que uniforme y sostenidamente, recalco, en línea casi recta -mismo encefalograma plano-, no la quiere el 75% y la apoya alrededor de un 18%. En suma, esa sorpresiva caída en la desaprobación a 66% en febrero (mientras que, ojo, la aprobación era de sólo 17%. Lo que crecieron 10% fueron los indecisos, mas no los simpatizantes) fue flor de un día frente al promedio continuo de 75% de rechazo que se mantiene desde el mes morado y que reitera este sondeo en marzo.
Entonces, mal se puede afirmar que una revocatoria no tiene posibilidades de éxito cuando las ¾ partes del electorado limeño casi monótonamente la rechazan desde hace un semestre. Se llegan a juntar las firmas y Villarán ya fue, porque se ve remoto que el 50% de limeños voten por que se quede y así retenga el cargo, aunque algunos ahora hagan gala de "wishful thinking" y crean que la realidad se ajusta a sus deseos caviares. Villarán no sale para nada de la zona de peligro por más que cierren los ojos y repitan como salmo "la revocatoria ya se cayó" para engañarse y engañar a los demás.
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