ESTADOS UNIDOS.- Jamie Sanchez, propietario de The Drip Café en Denver, ha enfrentado meses de persecución y protestas por parte de grupos como los Denver Communists y activistas LGBTQ tras abrir su negocio enfocado en emplear y ayudar a personas sin hogar. Su misión, basada en los principios cristianos del servicio y la restauración, lo ha colocado en el centro de una controversia creciente sobre la fe, la compasión y la libertad religiosa.
The Drip Café nació como extensión del ministerio “Recycle God’s Love”, fundado por Jamie y su difunta esposa para proveer alimentos, ropa, refugio y apoyo bíblico a los desamparados. El café forma parte de una iniciativa mayor llamada “Project Revive”, cuyo objetivo es emplear y discipular a personas en proceso de salir de la calle, dándoles una oportunidad de trabajo legítimo y formación integral.
Desde antes de abrir sus puertas en 2023, el equipo de The Drip Café recibió amenazas e insultos en redes sociales. Poco después, decenas de manifestantes comenzaron a congregarse fuera del local mostrando pancartas y tratando de ahuyentar a los clientes, acusando a Sanchez y su equipo de “odiar a los gay” y de promover una agenda “homofóbica”.
Los organizadores de las protestas señalaron específicamente la declaración doctrinal de Recycle God’s Love, que describe la homosexualidad como contraria a la Biblia, aunque subraya el mandato cristiano de amar y no odiar a quienes disienten.
Los activistas acusan al café de “explotar mano de obra sin hogar”, de ser un “odioso café de extrema derecha” y hasta de promover posturas neo-nazis, una acusación a todas luces falsa, que Sanchez rechaza tajantemente. Las protestas han incluido actos de vandalismo como grafitis, rotura de ventanas y acoso directo a clientes, incluso personas con discapacidad visual.
El grupo Denver Communists afirma que sus protestas no son contra todas las iglesias, sino contra la “homofobia” de la concepción bíblica tradicional de la sexualidad que sostiene el ministerio de Sanchez. Sin embargo, han declarado públicamente su meta de cerrar el negocio antes de que termine su contrato de renta. El propio Sanchez ha sido blanco de mensajes de odio, incluyendo llamados a que se suicide y amenazas directas.
Frente al hostigamiento, Sanchez se ha mantenido firme en su llamado a servir y mostrar el amor de Cristo, también a quienes lo atacan. En ocasiones ha invitado a los manifestantes a tomar café y les ha ofrecido ayuda alimentaria en días fríos. Para contrarrestar el ambiente negativo, el café ha organizado noches de alabanza y oración durante las protestas, transformando el espacio en un lugar de paz y esperanza.
A pesar de las campañas para boicotear el café, The Drip Café continúa funcionando y brindando trabajo a personas en recuperación, disipando así el mito de que el proyecto se apoya en “voluntarios explotados”. El primer empleado contó su progreso personal, ganando independencia y dignidad gracias al acompañamiento y la oportunidad laboral basada en las Escrituras.
El caso de Jamie Sanchez y The Drip Café es testimonio del desafío creciente que enfrentan los cristianos al expresar y vivir su fe en contextos sociales polarizados. La respuesta de Sanchez —amar, perseverar y servir sin ceder a la hostilidad— es ejemplo de coherencia y compasión, así como de confianza en que la fe puede transformar vidas y entornos aun en la adversidad.
En tiempos de creciente tensión contra la fe y los valores cristianos, el testimonio de Sanchez recuerda que el verdadero amor abre puertas y transforma incluso el odio más visceral.
0 comments: