Por: Rvdo Carlos Linares

En los primeros días inmediatamente después de la ascensión de Jesús el Evangelio no había tenido impacto en el mundo fuera de Judea, Samaria y Galilea. Al principio, el Cristianismo parecía pequeño e impotente en comparación de los poderes políticos de aquellos días. Sin embargo, rodó como una avalancha, a lo largo del Imperio Romano, ya que en una generación se establecieron comunidades de adoración por todas partes, desde Jerusalén hasta Roma y mas allá. Los historiadores modernos se maravillan de cómo el cristianismo pudo haberse difundido tan rápido en tan poco tiempo (Berkhof, p. 21). ¿Fue solo una expansión casual? ¿Vagaron ciegamente? No. Un estudio cuidadoso de Hechos revela que la expansión de la iglesia resultó de planes guiados por el Espíritu basados en principios de ministerio que aún podemos usar hoy.

El día de Pentecostés, cuando nació la Iglesia del Nuevo Testamento, jugó un papel importante en la rápida expansión del cristianismo. Pentecostés tuvo lugar durante el tiempo de una celebración importante donde miles de judíos y prosélitos venían a Jerusalén de todas partes del mundo. Lucas registra gente de 13 diferentes regiones incluyendo a Partia, Media, Elam, Mesopotamia, Judea, Capadocia, Ponto, Asia, Frigia, Panfilia, Egipto, Cirene, Creta y Roma. Muchos de los peregrinos de Pentecostés llevaron su nueva fe de regreso a sus hogares, pero solo después de recibir instrucción y experiencia de la vida en la Iglesia después de la celebración en Pentecostés (Hch 2:42-47). Este entrenamiento inicial podría explicar como es que la Iglesia de Roma estaba bien establecida antes de que cualquier apóstol llegara allí.

En Hechos 8 se produjo una gran persecución que hizo que la iglesia se dispersara (Hch 8:1;11:19-21). Esto también influyo en el extendimiento del Evangelio. Al ser dispersados, los creyentes propagaban el Evangelio en su mayoría con los judíos. Sin embargo, en Antioquía de Siria muchos griegos fueron ganados para Cristo, resultando en el establecimiento de la primera iglesia formada principalmente por Gentiles registrada en la Escritura. Esto era tan inusual que los líderes en la Iglesia de Jerusalén enviaron a Bernabé a investigar la situación (Hch 11:22-24).

Bernabé estaba tan impresionado con los creyentes gentiles de Antioquía que pasó por lo menos un año ministrando allí. También reclutó a Pablo en el camino a Tarso para unírsele a él (Hch 11:25-26). Con algunas otras personas de otras regiones formaron un dinámico equipo de liderazgo (Hch 13:1). Fue en Antioquía que los discípulos fueron llamados por primera vez “Cristianos” (Hch 11:26).

La unidad fue vital para la expansion como en la fundación o plantación de Iglesias en el N.T. con un liderazgo con vision clara y comprometida con la unción del Espiritu Santo no habia nada que los detenga en la propagación del evangelio, nosotros como Iglesia en este siglo XXI debemos volver a nuestras raices y aplicar los mismo principios básicos que ponian en práctica la Iglesia primitiva ¿Sera mucho pedir? que dice Ud?.
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