La cita tuvo lugar este lunes, festivo en Puerto Rico, frente al Capitolio, sede el poder Ejecutivo, y estuvo acompañada de una manifestación paralela y en el mismo lugar en favor de esta iniciativa, aunque su presencia fue minoritaria.
"El problema nuestro se llama la disolución de la familia", dijo César Vázquez, portavoz de Puerto Rico por la Familia, durante su intervención ante los asistentes, en la que atribuyó la violencia de género a la crisis de valores que enfrenta la sociedad.
Los convocantes contrarios a la enseñanza con una perspectiva de género fueron Puerto Rico por la Familia, Maestros con Propósito, Morality in Media, Alerta Puerto Rico, la Asociación de Academias y Colegios Cristianos, la Fraternidad Pentecostal (Frape), Mujeres por Puerto Rico, Alerta Cristiano, Proyecto Faro, Transforma a Puerto Rico Ventana 4-14 y las emisoras cristianas de la isla.
Estas organizaciones reclaman que se retire la propuesta de incluir una perspectiva de género en los programas educativos de las escuelas públicas, ya que, en su opinión, "promueve conductas de alto riesgo para los niños", así como "la diversidad de orientaciones sexuales".
Además, piden que "el Gobierno respete el derecho de los padres a criar a sus hijos según sus valores y principios; que se respete la ley 82 que se estableció para el funcionamiento de las iglesias-escuelas y en rechazo al Proyecto del Senado 793, que atenta contra el programa de 'homeschooling', permitiendo que el Gobierno introduzca la ideología del género en su currículo". Coincidiendo con esta convocatoria, otros grupos liderados por Ateístas de Puerto Rico, la Fundación Acción Social Inclusiva (ASI), la Iglesia de Puertas Abiertas, el Comité contra la Homofobia y el Discrimen y Dios le debe a Hacienda también llamaron a sus simpatizantes a que acudieran al mismo lugar para mostrar su apoyo.
Estos grupos portaban pancartas en las que se hacía alusión a la necesaria separación de Iglesia y Estado y a la conveniencia de implantar una educación con perspectiva para combatir problemas como el sexismo, la homofobia, la discriminación o la violencia de género.
El Obispo de Arecibo, Monseñor Daniel Fernández Torres, se unió a la marcha convocada por los opositores, bajo el lema "Protejamos la inocencia de nuestra niñez. No a la perspectiva de género".
"Repudiamos todo tipo de violencia contra la mujer y reafirmamos la igual dignidad de todos los seres humanos. Sin embargo, la legítima lucha por la igualdad no puede llevar a que se imponga en nuestras escuelas una ideología que presenta una concepción del ser humano ajena a su naturaleza misma", dijo.
En su opinión, esa ideología subraya al máximo la dimensión estrictamente cultural del ser hombre o mujer y lleva a oscurecer la dualidad natural de los sexos".
"Cuando esta realidad natural se minimiza, y se convierte al ser humano en su propio creador, entonces se cuestiona a la familia como realidad preestablecida por la creación", añadió el obispo, que criticó que se quiera equiparar "la homosexualidad a la heterosexualidad" y se tienda a "un modelo nuevo de sexualidad polimorfa".
"El problema nuestro se llama la disolución de la familia", dijo César Vázquez, portavoz de Puerto Rico por la Familia, durante su intervención ante los asistentes, en la que atribuyó la violencia de género a la crisis de valores que enfrenta la sociedad. Con camisetas blancas, como símbolo de la pureza de la niñez, las organizaciones cristianas y sus simpatizantes marcharon luego hasta la Fortaleza, sede del Gobierno y residencia del gobernador, Alejandro García Padilla.
Tras entregar a García Padilla un manifiesto y conversar con él, varios representantes de las citadas organizaciones salieron indignados con su supuesta falta de interés para negociar.
Según el gobernante Partido Popular Democrático "el currículo educativo tiene que evitar los estereotipos y promover la aceptación de la diversidad que nos caracteriza hoy".
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