ESTADOS UNIDOS.- El Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos (HHS) publicó un informe de más de 400 páginas que denuncia las llamadas “atenciones de afirmación de género” para menores con disforia de género.
El documento critica el uso de bloqueadores de pubertad, hormonas y cirugías de cambio de sexo, calificándolos como intervenciones médicas “invasivas” y “destructivas” que conllevan riesgos significativos.
El informe, titulado “Tratamiento para la disforia de género pediátrica: revisión de la evidencia y las mejores prácticas”, señala daños graves asociados a estas prácticas, como infertilidad, disfunción sexual, deterioro óseo, problemas cognitivos, enfermedades cardiovasculares, trastornos psiquiátricos, complicaciones quirúrgicas y arrepentimiento.
Además, destaca la falta de consenso internacional sobre las mejores prácticas para estos tratamientos.
Según el documento, el modelo predominante en EE.UU es el de “afirmación de género” recomendado por la Asociación Mundial de Profesionales para la Salud Transgénero (WPATH), que promueve bloqueadores de pubertad, hormonas y cirugías. Sin embargo, el informe critica la calidad y transparencia de estas guías y advierte que no existen pruebas suficientes para garantizar su seguridad y eficacia.
El director de los Institutos Nacionales de Salud, Dr. Jay Bhattacharya, afirmó: “Nuestro deber es proteger a los niños de nuestra nación, no exponerlos a intervenciones médicas no probadas e irreversibles. Debemos seguir el estándar de oro de la ciencia, no las agendas activistas”.
El informe también respalda la reciente prohibición en el Reino Unido del uso de bloqueadores de pubertad en menores, excepto en ensayos clínicos.
Este documento surge en el contexto de la orden ejecutiva firmada por el expresidente Donald Trump para proteger a los menores de “mutilaciones químicas y quirúrgicas”. La orden prohíbe que programas federales financien estas intervenciones y busca regularlas para evitar daños irreversibles en niños y adolescentes.
El informe recomienda priorizar terapias exploratorias y psicosociales para entender las causas del malestar de los menores antes de optar por tratamientos médicos que alteren el género. Se señala que muchos adolescentes que buscan estas intervenciones tienen antecedentes de problemas de salud mental que deben ser atendidos primero.
La protección de la niñez es un mandato bíblico que llama a cuidar la integridad física y espiritual de los más vulnerables. Somos llamados a ofrecer consuelo y guía basada en la verdad de Dios, reconociendo que la verdadera identidad y sanidad se encuentran en Cristo, no en intervenciones médicas que pueden causar daño.
La fe en Jesús nos asegura que, aunque enfrentemos desafíos complejos, su amor transforma vidas y da esperanza verdadera y duradera.
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