Por: Rvdo Carlos Linares
Director Internacional
Asunto Civil y Religioso
Coalición Presencia Internacional
Llego el tiempo en que la Iglesia debe redefinir su rol ante la sociedad, involucrarnos mas activamente en responder las necesidades fisicas ,sociales y espirituales de la ciudad con un
evangelio completo e integral.
Tenemos que ser realistas, la sociedad mas aun la gente de menores recursos, por su mentalidad dirigido por suplir las necesidades básicas de su familia, tienen no solo uno, sino hasta dos empleos, hasta profesionales, jóvenes que terminan universidad caen en la decepción de falta de oportunidades, por eso muchos emigran fuera, desempeñando muchas veces labores o ocupaciones totalmente ajenos a su preparación académica que con tanto esfuerzo dedicaron.
Que maravilloso seria que cada una de las 18.000 Iglesias que hay aproximadamente en el Perú tuviera una escuela, posta medica o algún bien social que responda alguna necesidad de su comunidad, estoy seguro que el corazón de las persona estarían mucho mas sensible a la palabra de Dios. No digo que prioricemos lo social que lo espiritual de ninguna manera, pero es un medio importante para alcanzar a la gente para Cristo de manera efectiva, la fe y las obras no pueden andar por separado sino en paralelo.
“Hermanos míos, si alguno dice que tiene fe y no tiene obras, ¿de qué sirve? ¿Puede acaso su fe salvarle? Si un hermano o una hermana están desnudos y les falta la comida diaria, y alguno de vosotros les dice: “Id en paz, calentaos y saciaos,” pero no les da lo necesario para el cuerpo, ¿de qué sirve? Así también la fe, si no tiene obras, está muerta en sí misma. Sin embargo, alguno dirá: “Tú tienes fe, y yo tengo obras.” ¡Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras! Tú crees que Dios es uno. Bien haces. También los demonios creen y tiemblan. Pero, ¿quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta? ¿No fue justificado por las obras nuestro padre Abraham, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? Ves que la fe actuaba juntamente con sus obras y que la fe fue completada por las obras. Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia; y fue llamado amigo de Dios. Veis, pues, que el hombre es justificado por las obras y no solamente por la fe. De igual manera, ¿no fue justificada también la prostituta Rajab por las obras, cuando recibió a los mensajeros y los envió por otro camino? Porque tal como el cuerpo sin el espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta”. (Santiago 2:14 -23)
Santiago y Pablo ambos hicieron eco de la predicación de Jesús. El énfasis de Pablo es un eco de Mateo 5:3: “Bienaventurados los pobres en espíritu, pues de ellos es el reino de los cielos”. La enseñanza de Santiago tiene el sonido de Mateo 7:21: “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos”. Pablo representa el principio del Sermón del monte; y Santiago el fin. Pablo declara que somos salvos por fe sin obras de la ley. Santiago declara que somos salvos por fe, que se demuestra en las obras. Ambos Santiago y Pablo ven las buenas obras como prueba de fe – no el camino a la salvación.
Santiago no puede ser más explícito. Él está confrontando el concepto de una “fe” pasiva e indiferente y falsa, ante una sociedad con extrema pobreza que día a día pierden principios y valores con tal de llevar un pan a los suyos, la Iglesia debe identificarse con lo mas necesitados sin perder su misión y propósito sin caer en el asistencialismo sino proveerles herramientas para que desarrollen su propio futuro con una mejor calidad de vida. Amén
Director Internacional
Asunto Civil y Religioso
Coalición Presencia Internacional
Llego el tiempo en que la Iglesia debe redefinir su rol ante la sociedad, involucrarnos mas activamente en responder las necesidades fisicas ,sociales y espirituales de la ciudad con un
evangelio completo e integral.Tenemos que ser realistas, la sociedad mas aun la gente de menores recursos, por su mentalidad dirigido por suplir las necesidades básicas de su familia, tienen no solo uno, sino hasta dos empleos, hasta profesionales, jóvenes que terminan universidad caen en la decepción de falta de oportunidades, por eso muchos emigran fuera, desempeñando muchas veces labores o ocupaciones totalmente ajenos a su preparación académica que con tanto esfuerzo dedicaron.
Que maravilloso seria que cada una de las 18.000 Iglesias que hay aproximadamente en el Perú tuviera una escuela, posta medica o algún bien social que responda alguna necesidad de su comunidad, estoy seguro que el corazón de las persona estarían mucho mas sensible a la palabra de Dios. No digo que prioricemos lo social que lo espiritual de ninguna manera, pero es un medio importante para alcanzar a la gente para Cristo de manera efectiva, la fe y las obras no pueden andar por separado sino en paralelo.
“Hermanos míos, si alguno dice que tiene fe y no tiene obras, ¿de qué sirve? ¿Puede acaso su fe salvarle? Si un hermano o una hermana están desnudos y les falta la comida diaria, y alguno de vosotros les dice: “Id en paz, calentaos y saciaos,” pero no les da lo necesario para el cuerpo, ¿de qué sirve? Así también la fe, si no tiene obras, está muerta en sí misma. Sin embargo, alguno dirá: “Tú tienes fe, y yo tengo obras.” ¡Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras! Tú crees que Dios es uno. Bien haces. También los demonios creen y tiemblan. Pero, ¿quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta? ¿No fue justificado por las obras nuestro padre Abraham, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? Ves que la fe actuaba juntamente con sus obras y que la fe fue completada por las obras. Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia; y fue llamado amigo de Dios. Veis, pues, que el hombre es justificado por las obras y no solamente por la fe. De igual manera, ¿no fue justificada también la prostituta Rajab por las obras, cuando recibió a los mensajeros y los envió por otro camino? Porque tal como el cuerpo sin el espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta”. (Santiago 2:14 -23)
Santiago y Pablo ambos hicieron eco de la predicación de Jesús. El énfasis de Pablo es un eco de Mateo 5:3: “Bienaventurados los pobres en espíritu, pues de ellos es el reino de los cielos”. La enseñanza de Santiago tiene el sonido de Mateo 7:21: “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos”. Pablo representa el principio del Sermón del monte; y Santiago el fin. Pablo declara que somos salvos por fe sin obras de la ley. Santiago declara que somos salvos por fe, que se demuestra en las obras. Ambos Santiago y Pablo ven las buenas obras como prueba de fe – no el camino a la salvación.
Santiago no puede ser más explícito. Él está confrontando el concepto de una “fe” pasiva e indiferente y falsa, ante una sociedad con extrema pobreza que día a día pierden principios y valores con tal de llevar un pan a los suyos, la Iglesia debe identificarse con lo mas necesitados sin perder su misión y propósito sin caer en el asistencialismo sino proveerles herramientas para que desarrollen su propio futuro con una mejor calidad de vida. Amén
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