
La relación entre las iglesias Católica y Anglicana ha sido tensa durante años, en especial por la ordenación anglicana de mujeres como sacerdotes, y el encuentro en el Vaticano fue considerado como una oportunidad para reducir esas tensiones.
Al dar la bienvenida al arzobispo de Canterbury, Justin Welby, en el Vaticano, Francisco instó a los cristianos a trabajar conjuntamente para proteger las "bases de la sociedad", como el respeto a la vida humana y a la institución de la familia basada en el matrimonio. Aunque no lo expresó textualmente, esta declaración del pontífice fue interpretada como “una oposición diplomática al matrimonio gay”.
Francisco fue declarado el 19 de marzo como líder de los 1.200 millones de católicos que hay a nivel mundial, tras la renuncia de Benedicto, y apenas dos días antes de que Welby reemplazara oficialmente a Rowan Williams al frente de la Comunión Anglicana y sus 80 millones de fieles.
Welby dijo que esperaba que la proximidad de las dos asunciones de los líderes funcione como reconciliación del mundo y la Iglesia, aunque también admitió dificultades. "El viaje es desafiante y no podemos ignorar que existen diferencias sobre cómo hacemos influir la fe cristiana en los desafíos que plantea la sociedad moderna", sostuvo. La ordenación de mujeres anglicana es un tema polémico entre las dos iglesias. El Vaticano se opone con firmeza al sacerdocio entre mujeres.
En el encuentro también salió a relucir la ocasión en la que Benedicto XVI, en el 2009, decretó que los anglicanos que sentían que su Iglesia se había vuelto demasiado liberal podían encontrar un hogar en el catolicismo en una jerarquía paralela que les permite mantener algunas de sus tradiciones, como partes de la liturgia anglicana y el libro de Oración Común Anglicano.
La reapertura de puertas a los anglicanos fue uno de los pasos más inteligentes del Vaticano desde que el rey Enrique VIII rompió relaciones con Roma y se colocó como líder de la nueva Iglesia de Inglaterra en 1534.
El Papa Francisco dijo que estaba seguro de que la decisión ayudaría al mundo católico a apreciar y entender mejor las tradiciones espirituales y pastorales de la comunidad anglicana.
Welby, ex ejecutivo de la industria petrolera, ha heredado una Iglesia dividida por asuntos como los derechos de los homosexuales y las mujeres obispos. El jefe de la Iglesia Anglicana está en contra del matrimonio entre personas del mismo sexo pero favorece el sacerdocio femenino, y se encuentra en medio del fuego cruzado entre clérigos liberales y conservadores.
REUTER
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