La familia sí sirvió de as
Desde las marchas de agosto de 2016 que despertaron al sector conservador de base del país que se opone a que le reconozcan derechos a la comunidad Lgbti, Ordóñez no solo se montó en ese bus, sino que empezó a hacer méritos para convertirse en su vocero.
La apuesta era su movida natural, porque además de que él realmente comulga con los preceptos de ese sector que agrupa a los cristianos y al sector más ortodoxo de los católicos , teniéndolo de su lado aseguraba una base que, aunque no está formalmente contabilizada, suma varios miles de votos.
Sin embargo, la pregunta siempre estuvo concentrada en si más allá de las marchas, la fuerza que se gestó en ese entonces o al menos una parte importante de ella se mantenía políticamente para 2018 y le servía al anulado exprocurador para impulsar su aspiración.
La respuesta es sí.
Ordóñez anunció que en cuatro meses su candidatura sumó el respaldo de poco más de 2 millones de firmas (necesita 380 mil).
Aún cuando falta que la Registraduría las valide, con ellas pica en punta en momentos en los que se calienta el pulso de la coalición del No.
Por un lado, la cifra ratificó su atractivo en la puja de la coalición del No en momentos en los que se había puesto en duda su fortaleza debido a que los cristianos se reventaron antes de arrancar.
Por otro, ganó varios puntos en el tablero electoral de la derecha, debido a que preliminarmente llega como el segundo presidenciable por firmas con más respaldo detrás de Germán Vargas Lleras, y eso lo ranquea teniendo en cuenta que lo hizo sin maquinaria estatal y sin un partido con estructura detrás.
Y por último, se puso en posición de ventaja con respecto a Marta Lucía Ramírez, con quien se pelea las bases del Partido Conservador y quien solo alcanzó 843 mil firmas para avalarse.
Si bien la ventaja que lleva se debe en parte al tempranero arranque que le permitió recoger firmas durante varias semanas sin tener que competirlas con los otros 26 candidatos que se lanzaron al agua buscando el aval ciudadano, el radicalismo de su discurso y la maquinaria cristiana que su fórmula le encendió en el Caribe, fueron dos ingredientes de la receta que lo dejó arrancando con pie derecho en la puja de la derecha en la carrera presidencial.
La maquinaria cristiana con gasolina caribe
Aunque desde que arrancó su campaña Ordóñez inició con el apoyo de varias vertientes cristianas y católicas de base, entre esas, la de la diputada santandereana Ángela Hernandez, quien lideró las marchas de agosto de 2016 y se convirtió en una de las caras del movimiento de la defensa de la familia, como lo anticipó La Silla en el semáforo de los presidenciables que irán por firmas, el pastor barranquillero David Name Orozco, la fórmula vicepresidencial de Ordóñez, fue una de las fichas clave en la recolección.
Name, además de ser hijo de David Name Terán, uno de los contratistas más poderosos del Caribe, sobrino del fallecido cacique José David Name Terán y primo del senador de La U, José David Name, es el líder del Ministerio Profético Dunamis, una organización que entrena pastores y da conferencias en muchas iglesias por dentro y fuera del país.
Eso le ha servido para forjar, más allá de la fortaleza política de su familia (actualmente el grupo está dividido porque el Senador apoyó el plebiscito y no comulga con los mismos principios de su primo), una red de apoyos que no solo le ha dado poder propio sino que se ha convertido en una suerte de maquinaria que ha aprendido a utilizar.
Aunque la primera vez que la encendió no le fue bien, y en las locales de 2015 todos los candidatos que lanzó al ruedo se quemaron; con la fuerza que tomó el conservadurismo social no solo despegó sino que mostró que puede ser muy poderosa.
Name se había trazado la meta de aportar al menos 1 millón de firmas, y según las cuentas de la campaña, no solo lo logró sino que sobrepasó ese tope (puso 100 mil más), y lo hizo poniendo 250 millones de su bolsillo y gente, además del Caribe, en zonas del país como el Eje Cafetero, Antioquia, Amazonas y Bogotá.
“Fue fácil hacer que las iglesias se movilizaran por una causa como la de la familia”, nos dijo el Pastor.
Esto lo pudo corroborar La Silla en el foro de la coalición del No que se llevó a cabo en Cartagena en la iglesia Ríos de Vida del pastor Miguel Arrázola, quien llegó al uribismo luego de apartarse del movimiento cristiano Colombia Justa Libres.
Como contó La Silla Caribe, al foro asistieron los cuatro precandidatos uribistas (Iván Duque, Paloma Valencia, Carlos Holmes y Rafael Nieto), Marta Lucía Ramírez y Ordóñez. Pero fue el anulado exprocurador el que se llevó todos los aplausos.
“Los cristianos piden a alguien contundente en sus posiciones. No al aborto con ninguna de las excepciones, no al matrimonio Lgbti y sí a la pena de muerte a violadores de niños porque son generadores de maldad”, dijo a La Silla una fuente de adentro del movimiento cristiano que pidió no ser citada porque no puede mostrar favoritismos hacia algún candidato aún. “Con candidatos tibios es difícil cautivar”.
El respaldo que tiene Ordóñez entre los cristianos, le ha dado para que le aportaran camisetas, pancartas, cachuchas, y hasta para modernizar su aspiración, que ahora cuenta, además de algunas juventudes conservadoras, con grupos de juventudes cristianas en todo el país engrosando sus filas.
Los vientos que le soplan en la coalición del No
Tal y como está el escenario en estos momentos, Ordóñez tiene su principal ventaja en que está representando a un sector que normalmente está apartado de la política electoral y que con la bandera de la familia puede motivarse y de paso convertirse en una fuerza decisiva el próximo año.
En la puja de la coalición de derecha, parte de las expectativas de su campaña están dadas en los resultados que arrojarán las encuestas uribistas para definir el candidato.
Una fuente de adentro de la campaña y otra del uribismo, le dijeron a La Silla que debido a que todo está dado para que quien gane sea Iván Duque, Ordóñez podría salir favorecido.
“Eso sería lo mejor que le podría pasar. Muchos sienten que Iván no encarna lo que debe representar el Centro Democrático y después del candidato uribista quien más encarna el uribismo en esa coalición es Ordóñez. Muchos migrarían de inmediato”, le dijo a La Silla una de esas fuentes.
Por ahora, Ordóñez también tiene a su favor que Viviane Morales tiene neutralizada su aspiración presidencial.
La Silla supo por una fuente que lo sabe de primera mano, que Morales estaría estudiando la posibilidad de lanzarse por el movimiento Somos, antiguo Alas Equipo Colombia, y tutelar una vez le decreten doble militancia argumentando que si no se lanzó por el liberalismo fue porque no la dejaron.
Si la estrategia, que no se la negó ni se la confirmó a La Silla el esposo de la senadora,Carlos Alonso Lucio, le funciona a Viviane, podría cambiarle las cuentas porque a diferencia de Ordóñez ella es cristiana y algunas iglesias preferirían apoyarla por ser de adentro.
Si eso no sucede y Ordóñez continúa solo enarbolando la bandera del conservadurismo social, es poco probable que el electorado que ya capturó vire en otra dirección.
(Incluye a católicos conservadores, a un sector de las fuerzas militares en retiro, y a bases del partido conservador que se sienten más identificados con él que con Marta Lucía Ramírez).
Pero Ordóñez tiene en contra que dado su radicalismo, si no gana el aval del No y se queda con la Presidencia en primera vuelta, para la segunda dejaría de ser atractivo porque terminaría espantando a sectores de centro derecha que son los que podrían ser el fiel de la balanza.
El exprocurador tampoco ha despegado en las encuestas, pero tiene a su favor que, según la última medición de Caracol, el 2 por ciento de la intención de voto lo comparte con Ramírez, Duque y Holmes.
Con su entrada en la pelea y los 2 millones de firmas para mostrar queda oficialmente matriculado en la carrera de la derecha. El tiempo dirá si esa cifra fue humo, o si el conservadurismo social que lidera está alineado, motivado y tiene tanta fuerza como la que acaba de mostrar.
Por:Jineth Prieto
Periodista
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