
HONDURAS.- ( AGENCIALAVOZ.ORG )Agrandando el gran pecado de la división, los pastores protestantes independientes o de la resistencia –de los 9,000 que hay en Honduras, según Oswaldo Canales– rechazan la ‘Ley Marco de las Iglesias Evangélicas’.
Las que aceptan esa nueva ley dejarán de ser ONG’s y se convierten en iglesias cristianas. En cambio, las que quedan fuera de esa ley, que todos deben consensuar, actuarán en forma clandestina y no disfrutarán de las canonjías, exenciones y demás beneficios (EH, 4.11.10).
Como retrocediendo a los tiempos de Nerón (37-68), los pastores corbatudos, los que tienen mega iglesias, los del evangelio de la prosperidad, los de pisto abundante, los de copiosos diezmos, los cristianos millonarios que utilizan hasta carros blindados para transportar sus dineros a los bancos, los que forman el cuarto poder… “formamos la Confraternidad Evangélica”. Los demás: los pastores chuñas, los rechazados, los que tienen iglesias hasta en garajes, los que sólo comen tortillas con sal… “son los de la clandestinidad y de la resistencia”. Aquí huele a azufre, a un evangelio manipulado, a pastores con mucho pisto y poca conversión, a diablos alegres por tanta división. Los pastores metidos en política partidista están matando a las iglesias evangélicas utilizando el pisto, el poder y el placer, que favorece el gran pecado de la división. ¡Arrepiéntanse y crean en el Evangelio!
De acuerdo con esa ley de los corbatudos, todas las iglesias deben contar con el visto bueno de la Confraternidad Evangélica para ser reconocidas como tales por el Estado. La recién aprobada Ley de la Iglesia Evangélica otorga a los agrupados súper poderes como personas que manipulan la tristemente denominada Confraternidad Evangélica de Honduras, dice un grupo de pastores que se opone a dicha legislación. Aseguran que ésta es sólo una organización religiosa compuesta en su mayoría por un grupo privilegiado de pastores con alto señorío económico, que deberían tributar.
Los “rechazados” son pastores que dirigen modestas iglesias, que quedan eliminadas de los beneficios que conlleva esa ley, como exoneraciones fiscales, dispensa de pago de impuestos y tributos aduaneros por la introducción de vehículos. La ley fue aprobada con polémicas a finales de septiembre, 2010. El Congreso no tomó en cuenta recomendaciones de la Iglesia Católica ni observaciones que hicieron diputados que van a iglesias que no pertenecen a la citada Confraternidad Evangélica. Antes las iglesias evangélicas eran consideradas como organismos no gubernamentales, pero ahora serán reconocidas como organizaciones religiosas exentas de impuestos, aunque las mega iglesias naden en millones y en derroches sin tributar. Empero, aquellos centros religiosos que no pertenecen a la Confraternidad Evangélica son excluidos de esos beneficios.
Los pastores han solicitado al Presidente Porfirio Lobo Sosa que vete la ley, por el temor de que con ello se esté creando un grupo privilegiado de iglesias. Debido a ello, la Iglesia Cristiana Ágape ha hecho un llamado a los pastores independientes para que se congreguen en su sede de la colonia La Primavera, a fin de emprender una lucha para denunciar los peligros de esta ley, tanto en los aspectos teológicos y doctrinales como jurídicos, pues alrededor de la polémica legislación surgen preguntas como las siguientes: ¿Quién será ahora la cabeza de toda la Iglesia Evangélica en Honduras? ¿Qué súper poderes tendrá esta cabeza? ¿Qué papel juega la política, el dinero y el poder en esta ley? ¿Qué pasará con aquellos que no se sometan a la Confraternidad Evangélica por fidelidad a Cristo? (LT y EH, 3.11.10).
¿Cuándo tendremos grandes hospitales evangélicos en varias ciudades de Honduras para atender a los pobres en todas las especialidades gratuita o casi gratuitamente? Cuando hay conversión sincera en las personas, brotan las obras buenas hacia los pobres. Así los diezmos adquieren su razón genuina y bíblica. (Dt 14, 28-29). Ese día las campanas del Vaticano y del Santuario de Suyapa repicarán a gloria.
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