Esta situación ya la hemos vivido en los dos gobiernos del arquitecto Belaunde. En el primero tuvo que enfrentar a una oposición del Legislativo que se llevaba de encuentro a todos sus gabinetes ministeriales, generando tal inestabilidad que al ser requerido por la población para liderar un autogolpe y negarse a hacerlo, aquella demandó y legitimó el golpe de Estado del general Velasco y, como ya sabemos, toda dictadura produce resultados efectistas en el corto plazo pero destruye la economía y la institucionalidad del mediano al largo plazo.
En su segundo gobierno el pueblo le dio al arquitecto mayoría en el Legislativo pero esta vez no supo ejercer el poder total que la población le concedió dando lugar a la aparición de Alan García con una prédica radical y acciones que dejaron al Perú en total quiebra económica que allanó el camino para el encumbramiento del ingeniero Fujimori. La historia posterior la conocemos todos y aún no se ha hecho un balance desapasionado porque el Perú sigue polarizándose cada día más en dos bandos que esperamos no se vuelvan irreconciliables.
La otra lección que deja este proceso en Lima es que la población no tolera a sectores ultras, violentistas y antidesarrollo. Esa izquierda radical disfrazada de rostro caviar fue el soporte político de la alcaldesa, los que al parecer podrían haber sido barridos en este proceso. La inseguridad es cada vez mayor. Un ex alcalde de Surquillo ha sido asaltado en su propia casa por delincuentes que actuaron como comandos armados muy bien entrenados. Otro grupo asaltó una camioneta que llevaba dinero a Satipo asesinando a un policía. ¿Son tantos que ya controlan las ciudades y ahora quieren o pueden controlar los caminos del Perú? El ministro del Interior, bien gracias.La población quiere desarrollo en paz y con seguridad. Ese es el mensaje.
Por: Marcos Ibazeta Marino
0 comments: