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REINO UNIDO.- La británica J.K. Rowling reconoció esta semana que iría "encantada" a la cárcel si el Gobierno del Reino Unido legalizara referirse a alguien con un pronombre distinto a su nombre.
"No me importaría ir dos años a la cárcel si la alternativa es obligar a hablar y negar la realidad y la importancia del sexo", publicó en X. "Que empiece el juicio. Será más divertido de lo que nunca me he divertido en una alfombra roja".
Rowling publicó el comentario después de que un usuario de X le dijera que "equivocarse de género" con una persona podría acarrearle -bajo el liderazgo del Partido Laborista- dos años entre rejas.
El tira y afloja se produjo después de que la autora de "Harry Potter" escribiera "No" en respuesta a una imagen de un muro con el siguiente mensaje proyectado: "Repite después de nosotras: Las mujeres trans son mujeres".
Aunque en el Reino Unido ya se considera un "delito de odio" referirse deliberadamente a alguien por sus pronombres no preferidos (los pronombres que se correlacionan con el sexo real de la persona), un gobierno laborista llevaría la ley un paso más allá añadiendo al delito una pena de dos años de cárcel.
Los legisladores del Partido Laborista les gustarían que el "delito de odio" de "confusión de género" se elevara a la categoría de "delito agravado", similar a la agresión y el acoso motivados por el odio racial y religioso.
"Los conservadores están fracasando a la hora de proteger a las personas LGBT+ con su incapacidad para controlar los delitos de odio, incluidos los delitos de odio violentos", declaró Anneliese Dodds, secretaria de Mujeres en la Sombra e Igualdades, al Daily Mail. "Los laboristas reforzarán la ley para garantizar que los autores de odio anti-LGBT+ ya no puedan eludir sentencias más largas".
Rowling, por su parte, ha argumentado que la ley es, en efecto, un discurso obligado porque exigiría que las personas utilicen los pronombres preferidos de los demás - incluso si tal práctica viola sus convicciones sinceras.
La novelista tiene buen sentido del humor sobre el asunto, e incluso bromea sobre cómo sería su celda en la cárcel.
"Esperando la biblioteca, obviamente, pero creo que podría estar bien en la cocina", escribió. "La lavandería podría ser un problema. Tengo tendencia a encoger cosas o a ponerlas rosadas accidentalmente. Aunque supongo que no será un gran problema si la mayoría son batas y sábanas".
Rowling continuó: "Se me da bien planchar. El problema es no comprobar si hay un calcetín rojo al azar entre las sábanas".
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