PERU.- ( AGENCIALAVOZ.ORG )Desde el año 2006, Humberto Lay, pastor evangélico de la Iglesia Bíblica Emmanuel, ingresó a la política al frente de Restauración Nacional. Esta es su segunda postulación a la alcaldía de Lima. Aunque se ubica en un distante tercer lugar en la carrera electoral, asegura que mantiene el optimismo.
En la siguiente entrevista, Lay habla de sus posibilidades electorales, de sus propuestas para Lima, de la relación entre religión y política, de su conservadurismo, de la gestión de Luis Castañeda y de su reciente aliado político, el ex ministro Pedro Pablo Kuczynski.
-¿Siente que su candidatura puede resucitar luego de la salida de Kouri de la carrera electoral?
-Creo que sí. Espero que un porcentaje de los votos de Kouri vengan a mi candidatura…
-Pero las últimas encuestas lo ubican en un lejano tercer lugar, detrás de Lourdes Flores y Susana Villarán.
-Esa es una primera reacción (a la tacha de Kouri). En las encuestas uno sube y baja. Yo tomo esta situación con serenidad, esperando ver qué va a pasar. El porcentaje que tenía Kouri, de un 20% o un poquito más, se va a distribuir entre varios candidatos. Qué porcentaje irá finalmente a cada uno, es difícil decirlo en este momento. La elección estaba polarizada en los medios de comunicación entre Lourdes Flores y Kouri, y no había más; ahora eso se ha roto. Espero que los medios no vayan a crear otra polarización entre las dos damas…
-¿Cree que ahora la elección se está polarizando entre Lourdes Flores y Susana Villarán?
-Como que hay indicios de eso. Espero que no suceda.
-¿En qué va a cambiar su estrategia electoral para intentar remontar la distancia que lo separa del primer lugar?
-No creo que nuestra estrategia cambie mucho. Seguiremos en lo mismo, presentando propuestas y lo que yo soy, destacando las prácticas de la honestidad, la transparencia y la verdad. Yo continuaré haciendo lo mío: participando en los debates, dando entrevistas, visitando los mercados, caminando por las calles, haciendo conocer mi candidatura y mis propuestas. Nuestra campaña es muy austera, no tenemos los millones de otros. Por cada letrero mío, hay 50 letreros de Lourdes Flores. Hay una diferencia enorme de inversión. Lógicamente eso tiene sus efectos.
-¿Todavía cree que puede ganar?
-Yo mantengo el optimismo, nunca lo he perdido. Confío en que, poco a poco, el electorado nos vaya tomando en cuenta. Seguiré presentando mis propuestas, explicándole a la población que no se trata solamente de arreglar el tránsito, la contaminación, la inseguridad, sino que ninguna solución será permanente y eficaz a menos que haya una planificación de Lima. Y lo que yo planteo es planificación. ¿Hasta dónde podré ganar la confianza de la población?, bueno… sigo esperando y confiando en que las cosas cambien. La experiencia muestra que muchas veces las encuestas van por un camino y a la hora de la elección las cosas cambian radicalmente.
-¿Confía en que una vez más Lourdes Flores se desinfle en la recta final de la campaña?
- (Ríe) Bueno, eso no sería extraño.
-¿Cómo se ubica políticamente?
-Ya no existe eso de derechas, izquierdas o centro. Cuando me preguntan si soy de derecha o de izquierda, yo digo que soy ambidiestro. Todos queremos luchar contra la pobreza, que es el gran problema del Perú, pero para solucionar el problema de la pobreza hay que generar riqueza. Cuando se trata del manejo económico, no podemos dar la espalda a un mundo globalizado, hay que producir riqueza. Pero, con un concepto de izquierda, esa riqueza debe ir a un trabajo social para favorecer a aquellos que no han tenido oportunidad y han sido marginados. Soy de derecha en lo económico y de izquierda en lo social. Por eso digo que soy ambidiestro.
-¿Se definiría como un conservador?
-Sí, en cierto sentido.
-¿En qué sentido?
-Soy conservador en principios y en valores, como en la defensa de la familia. En la municipalidad trabajaremos para fortalecer la familia. Pero también soy un hombre moderno, que está con el avance tecnológico. Manejaremos la ciudad con la tecnología moderna.
-¿Usted representa una derecha religiosa?
-No, en lo absoluto. En la fe religiosa de cada persona hay dos componentes: uno es la parte dogmática y doctrinal, que nos diferencia entre las diversas religiones; el otro componente es el de los valores, que son universales, y ahí nos unimos evangélicos, católicos, adventistas. De mi religión yo no traigo la parte doctrinal a la política, sino los valores de honestidad, verdad y justicia.
-Pero Restauración Nacional es un partido que sigue la doctrina evangélica.
-Los principios doctrinales de Restauración Nacional vienen de la Declaración de Jarabacoa, que es un pueblo de República Dominicana, donde en 1993 se reunieron teólogos, sociólogos, profesionales de muchas especialidades, para estudiar la problemática latinoamericana y cómo los principios cristianos y bíblicos se pueden aplicar para solucionar esos problemas.
-Esa fue una reunión evangélica, por lo tanto, los principios de Restauración Nacional llevan la visión evangélica a la política.
-Es cierto, esa fue una reunión evangélica, pero estos principios cristianos son perfectamente aceptados por un católico, un adventista o incluso hasta por un ateo, porque son principios de justicia, verdad, honestidad. Nuestro partido es abierto, no es un partido evangélico. Para nosotros es clarísimo que tiene que haber una separación entre Iglesia y Estado, por eso en esta lucha por la igualdad religiosa, porque en el Perú todavía hay discriminación religiosa, tenemos muy claro que no vamos a pedir ni permitir que el Estado subvencione a los pastores evangélicos.
-En una entrevista usted dijo que no tenía ni idea de cuál era el presupuesto de la Municipalidad de Lima. ¿No cree que como candidato debería tener esa información?
-Eso fue al comienzo (de la campaña). Si uno va al portal de la Municipalidad de Lima encuentra cifras generales, pero hay muchas cosas ocultas. No sabemos cuál será la real situación. Yo sé que el presupuesto anual de la municipalidad es de mil millones de soles, de los cuales cerca del 30% ya está comprometido en endeudamiento, que es el límite de endeudamiento de una municipalidad, por lo que quedarían solamente unos 700 millones de soles al año. Eso significa que el próximo alcalde tendrá que hilar muy fino y luchar contra la limitación económica, porque no podrá solicitar nuevos préstamos para obras. Eso va a limitar mucho al próximo alcalde.
-¿Cómo evalúa la gestión de Castañeda?
-Luces y sombras.
-¿Más luces o más sombras?
-Ha hecho obras buenas, pero no ha atacado los problemas más álgidos de Lima, como el tránsito, la delincuencia y la contaminación ambiental.
-¿Le parece que en la gestión de Castañeda ha habido corrupción?
-El vox populi lo llama el alcalde mudo, porque no se comunica con el pueblo. En ese sentido, su gestión ha sido poco transparente. Hay cosas irregulares en la gestión de Castañeda, como que una obra se comience a construir con un presupuesto y luego ese presupuesto esté en el doble del costo y siga subiendo. Eso ha sucedido con el Metropolitano y con otras obras, como la Avenida Grau. La ley dice que cuando un presupuesto es superado en su ejecución en un 15%, tiene que hacerse otra licitación. Yo no puedo decir si Castañeda es corrupto o no lo es. Tiene que haber una auditoría a su gestión y veremos el resultado.
Un Metro subterráneo
-Usted ha propuesto la construcción de un Metro subterráneo como solución al transporte público. ¿Cuánto costará esa obra y cómo se financiará?
-Esa es una obra de largo aliento, que tomará varios años. Lima ahora tiene 9 millones de habitantes y para el año 2035 tendrá 14 millones, y la única forma de enfrentar la creciente demanda de transporte y atenderla de manera rápida y eficiente es con un Metro. Es una obra costosa. Estamos hablando de 50 millones a 100 millones de dólares por kilómetro cuadrado, dependiendo de varios factores, como el suelo. Para financiar esta obra tiene que haber participación del Gobierno Central, al que le interesa que la capital de la República tenga un sistema de transporte digno y eficaz. Así como el gobierno está gastando más de 400 millones de dólares para financiar el tren eléctrico, tendría que ayudar a financiar el Metro. Además de ese aporte del Gobierno Central, yo planteo una concesión del Metro por una determinada cantidad de años…
-Pero el Metro es un sistema de transporte que en casi todos los casos opera a pérdida. ¿Cómo lo va a concesionar?
-Tiene que haber una subvención del Estado al Metro para compensar esa pérdida. Esa subvención le debe corresponder al Gobierno Central, que ahorraría dinero con un Metro que alivie la congestión de tránsito y la contaminación que ahora tenemos, y que disminuya las horas hombre de trabajo que se pierden por la demora en el transporte. Estos beneficios justifican una subvención del Estado.
-¿A cuánto ascendería la subvención anual al Metro?
-En este momento no se sabe. Tienen que hacerse estudios para determinar ese monto.
-¿Cuál es la inversión que se requiere para que el Metro comience a funcionar?
-Se tiene que hacer por etapas, como se ha hecho en todas partes. LA PRIMERA línea podría tener unos 10 o 15 kilómetros y su costo estaría entre 500 y 1,500 millones de dólares.
-¿Y en cuánto tiempo comenzaría a funcionar?
-Los estudios demorarían un año, luego seis meses más para hacer la licitación, por lo que la construcción comenzaría en un año y medio. La duración de la construcción estará en función de la longitud de LA PRIMERA línea. Si esta línea es de 10 kilómetros, demoraría unos dos años, por lo que en cuatro años tendríamos LA PRIMERA línea del Metro funcionando.
0 comments: