La problemática es grave. Se trata de una estrategia bien armada pegada al pie de la letra al pensamiento de Gramsci, que según Sáenz dicen: “Las ideas no nacen espontáneamente en el cerebro de un individuo, han tenido un centro de formación, de difusión, de persuasión. Un grupo de hombres o incluso una sola individualidad las ha elaborado y las ha presentado en forma política de actualidad.
A diferencia de Marx o Lenin, Gramsci no apuntó a los medios de producción o al poder político, sino a los medios de comunicación y educación, considerándolos como el objetivo básico para la conquista del poder”.
Entonces, no nos deben sorprender los textos sobre sexualidad que sirven a intereses de algunas ONG, que haya tanta preocupación por insertar el “enfoque de género” más que el “enfoque en valores”, o que se confunda adrede al terrorismo con conflicto armado interno. Entre otras manipulaciones, se puede ver el trabajo fino con el subconsciente de los alumnos, colocando una imagen de Miguel Grau al lado de Raída Cóndor, para grabarse con equivalente importancia.
La infiltración ideológica en el Minedu ha tenido como resultado que se utilicen a personajes notables de nuestra historia para ensalzar a personajes admirados por determinada izquierda. Tal parece que revanchas políticas han marcado la necesidad de crear una nueva cosmovisión en el estudiante, empleando bien la estrategia de Gramsci: “Denigrar y ridiculizar a todos los que luchan contra su cosmovisión, marginándolos moralmente”.
Por eso, ahora pocos se atreven a levantar su voz con lo que consideran correcto.
Después del 15 de julio se imprimirán los nuevos textos, esperemos que el Minedu haga lo correcto y no ofrezcan el continuismo de la ideologización de la educación en el Perú.
Por: Congresista Paloma Noceda
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