LIMA.- El docente Pedro Castillo fue proclamado como el próximo presidente de la República por el titular del Jurado Nacional de Elecciones (JNE), Jorge Salas Arenas, en una ceremonia virtual realizada anoche. Más temprano, el tribunal electoral había declarado improcedentes las últimas cinco apelaciones que presentó Fuerza Popular.
Durante la sesión solemne, la secretaria general del JNE, Lourdes Vargas Huamán, precisó, al dar lectura a la Resolución 750-2021 de la institución, que Perú Libre, partido por el que postuló Castillo, obtuvo 8′836.380 de votos, que equivalen al 50,126%; mientras que Fuerza Popular, de Keiko Fujimori, 8′792.117, es decir, el 49,874%. El docente obtuvo la presidencia por 44.263 votos de diferencia.
Fuentes de El Comercio indicaron que entre el jueves o el viernes se realizaría la entrega de credenciales a Castillo como mandatario y también a Dina Boluarte como primera vicepresidenta de la República.
Minutos después de su proclamación, el profesor ofreció su primer discurso como presidente electo desde el balcón del local de Perú Libre en el Centro de Lima. El próximo jefe del Estado exhortó a Fujimori a no poner “más barreras” ni “más obstáculos” en esta “travesía para sacar adelante al país”.
También hizo una convocatoria abierta a los técnicos y políticos de otros partidos para que “traigan su experiencia” a su gestión, pero advirtió que su actuación debe estar ceñirse a la “lealtad, dignidad y transparencia”.
Castillo, además, rechazó cualquier pretensión de “traer un modelo de otro país”, en referencia a las acusaciones de Fujimori, quien dijo que Perú Libre intentaría convertir al país en Cuba o Venezuela. Agregó que su gobierno gestará el “verdadero desarrollo garantizando la estabilidad jurídica y económica”.
El mandatario electo cerró su discurso asegurando que respetará la actual Constitución “hasta que el pueblo lo decida” y reiteró su llamado a la “más alta unidad”.
El presidente electo se ha mostrado en contra de políticas sociales como el aborto o el matrimonio homosexual, y es conservador en asuntos como la lucha contra la inseguridad, apoyando la mano dura en términos de orden público.
El Comercio
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