ESPAÑA.- Este jueves, el Congreso de los Diputados aprobó la llamada ley orgánica de libertad sexual promovida por la ministra comunista Irene Montero.Esta nueva ley (su texto se puede leer aquí) está plagada de ideología, y concretamente de ideología de género, con el vocabulario típico de la misma bañando todo el texto hasta convertirlo en un panfleto. La ley da para muchos análisis, sobre todo por su pretensión de imponer esa ideología a todo tipo de colectivos, empezando por los niños, con la excusa de combatir los “estereotipos de género”, es decir, lo que Irene Montero cree, por su ideología, que no se debe asociar a uno u otro sexo, aunque derive de su propia naturaleza biológica.

Ciudadanos, una vez más, se alinea con la extrema izquierda

En la votación del conjunto del proyecto de ley (se pueden ver los votos emitidos aquí), los diputados de Ciudadanos votaron a favor de la ley junto a los del PSOE, Podemos y otros aliados del gobierno. Es el canto del cisne de un partido político que está a punto de desaparecer del mapa político, precisamente por su empeño en sumarse a todo cuanto disparate ideológico se le ocurre a la izquierda, incluso más de lo que ya lo hace el PP, que ya es decir.

El adanismo de Podemos: ahora se presentan como los inventores del consentimiento

En su intervención en la tribuna del Congreso, Irene Montero afirmó que esta ley servirá para “construir una verdadera cultura del consentimiento”. Esta afirmación es una muestra más del adanismo de Podemos, de su empeño de presentarse como los inventores de muchas cosas que ya existían desde hace mucho tiempo. Un adanismo con el que han conseguido engañar a mucha gente que no tiene ni idea de leyes, dicho sea de paso.

La propia Montero se ha referido multitud de veces a este proyecto de ley como la “ley del sólo sí es sí”, dando a entender que antes las leyes ignoraban el consentimiento de la mujer en casos de violación. Es una mentira cuya finalidad no sólo es presentar a Podemos como los inventores de la rueda y del fuego, sino también dar a entender que España era hasta ahora algo así como Somalia, un país en el que las mujeres era violadas sin que la Justicia hiciese nunca nada por ellas. Es una forma de seguir justificando un enorme gasto público en chiringuitos feministas que sirven para sostener a todos los amiguetes de Podemos y del PSOE, chiringuitos que se justifican haciendo creer a las mujeres españolas que están oprimidas por los hombres.

El problema con el que se topa esta ley en relación al consentimiento

Sin embargo, a la hora de la verdad, esta ley se topa con el mismo problema que cualquier ley que aborde las violaciones: ¿cómo probar el consentimiento? La mera palabra de la denunciante no basta, ya que si fuese así, podría condenarse a cualquier denunciado sin ninguna prueba. Los policías y jueces van a tener que seguir recabando indicios y pruebas para verificar si hubo una violación, un proceso que es difícil y que nunca es agradable para la denunciante, pero que es imprescindible para garantizar el derecho a la tutela judicial y a la presunción de inocencia (protegidos por el Artículo 24 de la Constitución).

El núcleo del proyecto de ley de Irene Montero consiste en la modificación del Artículo 178 del Código Penal. Ésta es su actual redacción:

“El que atentare contra la libertad sexual de otra persona, utilizando violencia o intimidación, será castigado como responsable de agresión sexual con la pena de prisión de uno a cinco años”.

Este párrafo quedó así redactado en 2010, es decir, con un gobierno del PSOE, de modo que si Irene Montero considera que esa redacción ha contribuido a crear una “cultura de la violación”, expresión que utilizó ayer en el Congreso, estaría culpando de ello a sus socios de gobierno. En la ley de Montero, ese párrafo pasa a ser el Artículo 178.1:

“Será castigado con la pena de prisión de uno a cuatro años, como responsable de agresión sexual, el que realice cualquier acto que atente contra la libertad sexual de otra persona sin su consentimiento. Sólo se entenderá que hay consentimiento cuando se haya manifestado libremente mediante actos que, en atención a las circunstancias del caso, expresen de manera clara la voluntad de la persona”.

Como ocurre en otros muchos párrafos de este proyecto, la redacción que hace Montero es redundante y absurda: si algo atenta contra tu libertad es porque tú no lo has consentido, y es innecesario indicarlo así, pues eso ya se sobreentiende. Seguramente a la señora ministra le dio por pensar que se le había ocurrido una genialidad que no se le había ocurrido a nadie hasta ahora. El dichoso adanismo de Podemos…

Que Montero haya incluido una definición del consentimiento es aún más ridículo. ¿Es que ella se cree la inventora del consentimiento? Pues no lo es. Esa figura jurídica existe desde hace muchos años, y ese párrafo no cambia nada: policías y jueces van a tener que seguir recabando indicios y pruebas para demostrar que hubo ese consentimiento, ya que no se puede condenar a nadie sin pruebas, y la palabra de una persona contra la palabra de otra no es en sí una prueba. Esto lo sabe cualquiera que tenga unos mínimos conocimientos de Derecho. Se ve que Montero no los tiene, pero ni siquiera ha admitido que otros la aconsejen al respecto, porque se cree más lista que nadie.

Un cuento para engañar a las mujeres y engordar los chiringuitos de la izquierda

Así pues, la matraca de Montero hablando del “sólo sí es sí” no es más que un cuento para engañar a las mujeres. Es un montón de humo. Si esa ley entra en vigor, las denunciantes de una violación van a tener que seguir aportando indicios y pruebas de que esa relación sexual no fue consentida. Y en un Estado de Derecho democrático, la que tiene que probar su acusación es la persona que acusa. Pretender que la persona acusada demuestre su inocencia sería violar el derecho a la presunción de inocencia protegido por la Constitución, un derecho que protege a todos los ciudadanos, tanto hombres como mujeres, de ser condenados en base a denuncias falsas y sin pruebas.

Lejos de cambiar la necesidad de demostrar ese consentimiento, ese engaño de Montero sólo sirve para inocular su ideología en nuestras leyes y seguir alimentando con dinero público sus chiringuitos ideológicos. Y es que la Ministra podrá ser una inculta en términos jurídicos, pero no es tonta. Ella, su partido y sus socios del PSOE están erosionando nuestro Estado de Derecho para beneficio propio y de sus afines. Y ésa, por cierto, es una de las peores formas de corrupción política que puede haber, por mucho que la aplaudan los palmeros mediáticos subvencionados por el propio gobierno. 

Contando Estrelas

Axact

PASTORES Y LÍDERES

Pastores y líderes es un Portal informativo que esta dirigido a la comunidad evangélica del país con el propósito de tomar conciencia en Defensa de la Familia como base de nuestra sociedad.

QUIERES DEJARNOS TU OPIÓN?

0 comments: