EL VATICANO. - El Papa se refirió a que «ya había mucha mariconería» para defender la posición de no admitir a homosexuales en los seminarios, durante la reunión a puerta cerrada en la asamblea de la Conferencia Episcopal Italiana, según informan este el lunes algunos medios italianos.
El Papa habría usado la palabra en italiano ‘frocciagine’ (mariconería) durante la reunión con los obispos italianos el pasado 20 de mayo. El pontífice lo había publicado en la página web Dagospia, en la que presuntamente hace exclusivas informativas, pero este lunes, 27 de mayo, algunos medios italianos como Corriere della Ser y Repubblica confirmaron el término con algunos obispos presentes.
Cuando el Papa hizo mención de ese término, estaba hablando del tema de si admitir en los seminarios a candidatos abiertamente homosexuales y en qué medida, así que reiteró la necesidad de acoger a todos en la media, mostrándose muy rígido al respecto.
Según el diario La Repubblica, el cual cita varias fuentes anónimas que concuerdan en su versión, el Papa, bromeando, dijo que «ya había mucha mariconada» en los seminarios.
Corriere della Sera explica que, según los medios consultados, «más que vergüenza, la frase fue recibida con algunas risas incrédulas».
El Papa reiteró la posición de la Iglesia con una instrucción del dicasterio del Clero que en 2005, con Benedicto XVI, y confirmada en 2016, por lo que estableció que «la Iglesia, respetando profundamente a las personas en cuestión, no puede admitir en el seminario y en las Sagradas Órdenes a quienes practican la homosexualidad, tienen tendencias homosexuales profundamente arraigadas o apoyan la llamada cultura gay».
En noviembre, en la asamblea de Asís, los obispos italianos aprobaron un texto para regular la admisión a los seminarios, la ‘Ratioformationis sacerdotalis’ , que aún no ha sido publicado porque se espera la luz verde de la Santa Sede.
En este documento se incluye una enmienda que mantiene ladistinción entre orientación homosexual simple y las llamadas «tendencias profundamente arraigadas«, es decir, un homosexual puede ser admitido siempre que dé garantías, como un heterosexual, de saber cómo mantener la disciplina del celibato.
Sin embargo, el Papa habría, según estas reconstrucciones, rechazado esta posibilidad y los homosexuales no deberían ser admitidos en los seminarios sin matices.
EFE
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