ESTADOS UNIDOS.- Bill Mahoney lloró al recordar a su hijo Sean, quien se convenció de que era del sexo opuesto y falleció en 2021 tras recibir una receta de hormonas cruzadas que agravaron su cáncer. Ahora, Mahoney se opone a la “atención de afirmación de género” y comparte su experiencia luchando contra médicos y la universidad de Sean, que lo presionaron para aceptar la disforia de género de su hijo.
En el evento “Unmasking Gender Ideology” de The Christian Post, Mahoney expresó su deseo de que ningún padre tenga que pasar por lo que él vivió. Sean, quien había enfrentado múltiples desafíos de salud desde temprana edad, anunciado durante su primer año en la universidad que se identificaba como trans, influenciado por sus compañeros.
Mahoney recordó cómo los administradores universitarios y el médico personal lo presionaron para aceptar la identidad de género de Sean, considerándolo un padre abusivo por cuestionar esa decisión. Después de investigar, Mahoney contactó al Dr. Michael Laidlaw, quien le proporcionó preguntas para plantear a los médicos y así evitar temporalmente la prescripción de hormonas cruzadas, aunque finalmente no pudo proteger a su hijo de los peligros potenciales.
Debido a las limitaciones impuestas por el COVID-19, Mahoney tuvo un contacto limitado con su hijo. A principios de 2021, un oficial de policía se presentó en su hogar para informarle que su “hija” había fallecido.
“Pensé que se había equivocado de casa porque yo no tenía hija, y seguí investigando y me di cuenta de que estaban hablando de Sean. No podía entender qué había pasado. Llamé a oncología y se quedaron en shock. Dijeron: ‘No, eso no puede pasar. No había nada malo’”, dijo Mahoney.
Tras revisar los resultados médicos de su hijo, Mahoney notó que Sean había ganado un peso considerable, pasando de 115 a 126 libras en solo dos semanas antes de su muerte. En el funeral, Mahoney no reconoció a su hijo y comenzó a sospechar que tratamientos hormonales no autorizados pudieron haber contribuido a su fallecimiento.
Además, se enteró de que algunos familiares habían instalado a Sean a identificarse como mujer sin su conocimiento, y estos familiares se negaron a participar en el funeral ya comunicarse con él desde entonces.
La Dra. Susan Ashton-Lazaroae, otra oradora en el evento de CP, habló sobre los riesgos asociados con permitir que jóvenes con disforia de género tomen bloqueadores de la pubertad o hormonas cruzadas. Citó el informe Cass Review, encargado por el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido en 2020, que recomendó “extremar la precaución” al recetar hormonas a menores y destacó la baja calidad de los estudios que apoyan su uso en estos casos.
El informe también sugiere un cambio en el modelo de atención para tratar las necesidades más amplias de los jóvenes con confusión de género.
Ashton-Lazaroae criticó la falta de consentimiento informado por parte de muchos profesionales médicos al tratar con estos jóvenes. Afirmó que permitir una transición social puede fijar en la mente del niño una identidad del sexo opuesto y enfatizó que los bloqueadores de la pubertad no son completamente reversibles, ya que pueden afectar negativamente la salud ósea y el desarrollo cognitivo.
Además, advirtió sobre los riesgos a largo plazo asociados con tratamientos hormonales, incluyendo problemas graves como cáncer y enfermedades cardíacas.
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