LIMA.- El alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, criticó a ONG Manuela Ramos luego de denuncia que señala que gastó más de un millón de dólares en sueldos y consultorías.
El alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, expresó su profunda indignación por la gestión de la ONG Manuela Ramos, la cual, según denuncia pública, desvió recursos significativos destinados a ayudar a mujeres en situación de vulnerabilidad.
En un reciente pronunciamiento, el burgomaestre aseguró que de los 1,4 millones de dólares recibidos de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), más de 900,000 dólares se destinaron a sueldos, y 100,000 dólares a consultorías.
“Caviar que se respeta cobra primero, llama después a sus compañeros caviares para unas consultorías", añadió de manera crítica.
La situación es alarmante, especialmente en un contexto donde muchas madres de familia en Perú enfrentan dificultades económicas severas.
Rafael López Aliaga subrayó que, en lugar de utilizar esos recursos para ofrecer asistencia directa a quienes más lo necesitan, la ONG optó por financiar altos salarios y contratos de consultoría, lo que cuestiona seriamente la efectividad de las ayudas que prometen brindar.
Un informe de la Agencia Peruana de Cooperación Internacional (APCI) revela detalles preocupantes sobre el manejo de los fondos por parte de Manuela Ramos.
En 2009 y 2010, la ONG recibió más de 3 millones de dólares de USAID, y se encontró que, en un solo año, gastaron más de 927 mil dólares en salarios, lo que resulta cuestionable dada la persecución de sus objetivos de apoyo a las mujeres en situación vulnerable.
El alcalde no es el único en poner el foco en esta controversia. El periodista Fabricio Escajadillo reveló en su investigación que el objetivo declarado de Manuela Ramos era utilizar el total de las donaciones para eliminar desigualdades de género en el sector educativo, pero los resultados parecen no alinearse con las expectativas. La pregunta central es: ¿dónde queda el apoyo directo a las familias?
A través de su comunicado, el alcalde de Lima enfatizó que, mientras la ONG Manuela Ramos gasta grandes sumas en sueldos y consultorías, la vulnerabilidad de las familias en las regiones del Perú se agudiza, a menudo exacerbada por la promoción de una ideología de género en lugar de enfoques concretos que brinden ayuda real.
El panorama se complica aún más al considerar que, en la última década, la ONG habría recibido un total de diez millones de dólares de USAID y 70 millones de otras agencias internacionales. Sin embargo, los detalles sobre cómo se utilizaron esos recursos siguen siendo en gran parte desconocidos, lo que enciende alarmas sobre la transparencia de su gestión.
Recientemente, el gobierno de Donald Trump requirió un cierre inmediato de las donaciones de esos programas. Este drástico cambio también ocasionó que más de 600 empleados de USAID no pudieran acceder a sus oficinas en Washington, D.C., en un contexto donde la administración busca suprimir fondos a diversas ONG.
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