El nefasto 15 de Julio del 2010 en Argentina.No se puede repetir

ARGENTINA.-"Lamentablemente es 15 de julio de 2010. Día nefasto para la patria.Hoy se dio un paso mas hacia la decadencia moral, espiritual y existencial, en la republica Argentina.

Mientras algunos pocos festejan (1.000 - o 2.000 quizás) todo un pueblo llora ante la perversa democracia, aquella con la que nos mintieron, diciendo "se hace la voluntad del pueblo", y hoy pudimos ver que se hace la voluntad del que tiene mas dinero o poder.
Mientras que el día martes se convoco a 500.000 personas, quienes públicamente manifestaron su disconformidad hacia una ley que atenta contra la naturaleza humana, ayer miércoles solo consiguieron unas 1.000 a favor entre las que se encontraban las clases esclavas del gobierno, haciéndolos marchar como ganado, sin saber porque estaban ahí, o solamente meditando en sus corazones tengo que hacer esto para conservar el plan de subsidio. Y no me lo contó nadie, vimos como el partido obrero y otros grupos de izquierdas, compuesto por hombres y mujeres humildes solo estaban parados haciendo bulto, sin aplaudir, sin festejar, sin gritar, sin hacer nada mas que estar parados.

Por otro lado, estaban los verdaderos protagonistas de esta historia, los que realmente impulsaron esta ley. Gozosos, escupiéndonos, insultando, arrojando huevos, golpeando y hasta ROBANDO nuestros carteles. Ellos si que estaban felices, y como no estarlo si estaban en su salsa. Jugueteado con un globo inmenso, cuya dedicatoria era la siguiente "me quiero casar usted? - (del otro lado) chápamela" digno ejemplo, de los hermosos futuros padres, que acogerán a los niños, sufrientes, y muertos de hambres. Porque imagino que cumplirán su palabra, ya que se nos hecho encara, a los jóvenes adictos, que han dejado sus hogares.

Espero con todo el corazón, que algún día, podamos entender la magnitud del error que se ha cometido hoy en día, pero mas aun ruego, por que podamos entender de una ves por todas, que si nosotros (cristianos) no hacemos nada, seguirán pasándonos por encima y solo nos quedara la dicha de lamentarnos.