LIMA.- La bancada Fuerza Popular fue la primera en reaccionar ante aquella afrenta del Ministerio de Educación que pretende imponer una educación sexual aberrante y evidentemente antinatura, so pretexto de promover la igualdad de género entre nuestra niñez y juventud.
Como resultado de este primer clarinazo identificado con la indignación ciudadana –en particular, con los padres de familia que no están dispuestos a que una morralla progre-marxista someta al Estado peruano al extremo de convertirlo en ente ideológico sexo-politizador de nuestros estudiantes– la ministra de Educación, Flor Pablo Medina, será interpelada. En anterior comentario ya planteamos que el Legislativo debe censurarla. Recordemos.
Tras acudir a la Comisión de Educación del Congreso para aclarar esta denuncia, lejos de responsabilizarse de semejante monstruosidad, la ministra intentó culpar a terceros pidiendo perdón por “un error ajeno”.
Inclusive al verse acorralada por tal circunstancia, propuso que su ministerio disponga que los millones de libros conteniendo esos textos pornográficos y pervertidos –que le han costado cerca de cien millones de soles al Estado– sean “borrados con plumón o pegándoles un sticker”.
Sin duda Flor Pablo es responsable de esa osadía de implantar una educación pervertida orientada a violentar las leyes de la naturaleza, intentando cuadrar el círculo al sostener que el sexo en el ser humano no lo define la composición física de su organismo, sino que depende de lo que determine su mente. Una mente obviamente perturbada, sojuzgada por la enseñanza de una llamada ideología de género que, reiteramos, no es ideología alguna sino un experimento de la progresía marxista para manipular a la humanidad.
Hoy volvemos a insistir en la necesidad de que este Congreso censure a la ministra Medina. Porque, aparte de ser corresponsable de este desacreditado sector, ya antes de ejercer dicho cargo ella había ocupado diversos puestos de alta responsabilidad en aquel ministerio. Incluyendo los de directora regional de Educación, secretaria ejecutiva y, asimismo, jefe del equipo técnico del Consejo Nacional de Educación.
En consecuencia, es una persona evidentemente familiarizada, identificada y, sobre todo, comprometida con la mafia que desde la llegada del exministro Jaime Saavedra –hijo predilecto de la progresía marxista que maneja el Estado peruano por culpa de mandatarios como Humala, Kuczynski y Vizcarra– viene reestructurando el sector Educación. Pero no precisamente para mejorar la currícula que forje a nuestros jóvenes para enfrentar el mundo hipercompetitivo que los espera; tampoco para formarlos a ser ciudadanos con aptitudes cívicas que entiendan que la informalidad es el cáncer de las sociedades, que la corrupción es un crimen social y que las normas de urbanidad deben cumplirse a cabalidad –desde respetar a la Policía y los semáforos–; menos todavía para mejorar la mísera infraestructura educativa que existe en la mayoría de nuestras escuelas públicas.
Nada de esto interesa a la mafia que domina el sector Educación. Solamente le importa adecuar la enseñanza para inculcarle al alumnado dogmas pervertidos sobre la sexualidad. Como los que impulsan los internacionalizados progre marxistas. Ante esto, el Congreso debe censurar a la ministra Flor Pablo Medina.
Luis García Miró
EXPRESO
Como resultado de este primer clarinazo identificado con la indignación ciudadana –en particular, con los padres de familia que no están dispuestos a que una morralla progre-marxista someta al Estado peruano al extremo de convertirlo en ente ideológico sexo-politizador de nuestros estudiantes– la ministra de Educación, Flor Pablo Medina, será interpelada. En anterior comentario ya planteamos que el Legislativo debe censurarla. Recordemos.
Tras acudir a la Comisión de Educación del Congreso para aclarar esta denuncia, lejos de responsabilizarse de semejante monstruosidad, la ministra intentó culpar a terceros pidiendo perdón por “un error ajeno”.
Inclusive al verse acorralada por tal circunstancia, propuso que su ministerio disponga que los millones de libros conteniendo esos textos pornográficos y pervertidos –que le han costado cerca de cien millones de soles al Estado– sean “borrados con plumón o pegándoles un sticker”.
Sin duda Flor Pablo es responsable de esa osadía de implantar una educación pervertida orientada a violentar las leyes de la naturaleza, intentando cuadrar el círculo al sostener que el sexo en el ser humano no lo define la composición física de su organismo, sino que depende de lo que determine su mente. Una mente obviamente perturbada, sojuzgada por la enseñanza de una llamada ideología de género que, reiteramos, no es ideología alguna sino un experimento de la progresía marxista para manipular a la humanidad.
Hoy volvemos a insistir en la necesidad de que este Congreso censure a la ministra Medina. Porque, aparte de ser corresponsable de este desacreditado sector, ya antes de ejercer dicho cargo ella había ocupado diversos puestos de alta responsabilidad en aquel ministerio. Incluyendo los de directora regional de Educación, secretaria ejecutiva y, asimismo, jefe del equipo técnico del Consejo Nacional de Educación.
En consecuencia, es una persona evidentemente familiarizada, identificada y, sobre todo, comprometida con la mafia que desde la llegada del exministro Jaime Saavedra –hijo predilecto de la progresía marxista que maneja el Estado peruano por culpa de mandatarios como Humala, Kuczynski y Vizcarra– viene reestructurando el sector Educación. Pero no precisamente para mejorar la currícula que forje a nuestros jóvenes para enfrentar el mundo hipercompetitivo que los espera; tampoco para formarlos a ser ciudadanos con aptitudes cívicas que entiendan que la informalidad es el cáncer de las sociedades, que la corrupción es un crimen social y que las normas de urbanidad deben cumplirse a cabalidad –desde respetar a la Policía y los semáforos–; menos todavía para mejorar la mísera infraestructura educativa que existe en la mayoría de nuestras escuelas públicas.
Nada de esto interesa a la mafia que domina el sector Educación. Solamente le importa adecuar la enseñanza para inculcarle al alumnado dogmas pervertidos sobre la sexualidad. Como los que impulsan los internacionalizados progre marxistas. Ante esto, el Congreso debe censurar a la ministra Flor Pablo Medina.
Luis García Miró
EXPRESO
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