LIMA.- Veintinueve preguntas tendría que absolver la ministra de Educación, Flor Pablo, de aprobarse en el pleno del Congreso la moción de interpelación presentada en su contra.
Entre las interrogantes figuran las relacionadas al polémico enfoque de género y a la época del terrorismo. Preguntas como: “¿Es el enfoque de género un derecho humano como declara la ONG Amnistía Internacional?”, “¿Qué participación tienen las ONG feministas como Manuela Ramos, Promsex y Demus en la elaboración de contenidos?”, “¿Le parece correcto que en los textos escolares se haga referencia a Sendero Luminoso y al MRTA sin anteponerles los términos de ‘organización terrorista’?”, “¿Cuál es el fundamento para hablar de subversión en lugar de terrorismo?”.
Cabe resaltar que la citada ministra no es novata en la cartera, pues ha sido directora nacional de Educación Primaria y secretaria ejecutiva -y también jefa- del equipo técnico del Consejo Nacional de Educación.
Preocupa desde hace buen tiempo que la escuela sirva para implantar el “pensamiento único”. Negar que sufrimos la barbarie del terrorismo, disfrazándolo de “conflicto armado interno”, abona muy convenientemente a la agenda marxista que pervive en el país a través del Sutep, Fudepp, entre otras organizaciones cuyos miembros se infiltran en los partidos políticos afines a su ideología. A propósito, el Sutep ha hecho pública su adhesión al enfoque de género, receta que el Gobierno presenta como la panacea pero que es un fracaso en Dinamarca, Suecia y Finlandia, países que lo aplican por años y que ostentan las tasas más altas en violencia de género. ¿Qué seudo-derechos humanos estamos promoviendo entonces? El enfoque de género vulnera el derecho de los padres a participar en la política educativa, un derecho reconocido en la Constitución y los tratados. En cuanto al terrorismo, es un deber informar a las nuevas generaciones el flagelo que significó.
Qué lamentable que la ministra haya tenido que ordenar borrar con plumón el contenido sexual de los textos escolares, ¡Y más lamentable aún es que no se pueda borrar con plumón la enseñanza que por años ha tenido el marxismo en las aulas!
Entre las interrogantes figuran las relacionadas al polémico enfoque de género y a la época del terrorismo. Preguntas como: “¿Es el enfoque de género un derecho humano como declara la ONG Amnistía Internacional?”, “¿Qué participación tienen las ONG feministas como Manuela Ramos, Promsex y Demus en la elaboración de contenidos?”, “¿Le parece correcto que en los textos escolares se haga referencia a Sendero Luminoso y al MRTA sin anteponerles los términos de ‘organización terrorista’?”, “¿Cuál es el fundamento para hablar de subversión en lugar de terrorismo?”.
Cabe resaltar que la citada ministra no es novata en la cartera, pues ha sido directora nacional de Educación Primaria y secretaria ejecutiva -y también jefa- del equipo técnico del Consejo Nacional de Educación.
Preocupa desde hace buen tiempo que la escuela sirva para implantar el “pensamiento único”. Negar que sufrimos la barbarie del terrorismo, disfrazándolo de “conflicto armado interno”, abona muy convenientemente a la agenda marxista que pervive en el país a través del Sutep, Fudepp, entre otras organizaciones cuyos miembros se infiltran en los partidos políticos afines a su ideología. A propósito, el Sutep ha hecho pública su adhesión al enfoque de género, receta que el Gobierno presenta como la panacea pero que es un fracaso en Dinamarca, Suecia y Finlandia, países que lo aplican por años y que ostentan las tasas más altas en violencia de género. ¿Qué seudo-derechos humanos estamos promoviendo entonces? El enfoque de género vulnera el derecho de los padres a participar en la política educativa, un derecho reconocido en la Constitución y los tratados. En cuanto al terrorismo, es un deber informar a las nuevas generaciones el flagelo que significó.
Qué lamentable que la ministra haya tenido que ordenar borrar con plumón el contenido sexual de los textos escolares, ¡Y más lamentable aún es que no se pueda borrar con plumón la enseñanza que por años ha tenido el marxismo en las aulas!
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