ESCOCIA.- Rose Docherty, cristiana escocesa de 75 años, fue arrestada el 19 de febrero de 2025 mientras sostenía un cartel cerca de una clínica de abortos en Glasgow.
Su mensaje, "La coacción es un delito. Estoy aquí para hablar, solo si quieres", fue considerado una infracción de la ley de "zonas de exclusión", que regula las protestas o manifestaciones relacionadas con el aborto en las inmediaciones de estos centros.
Tras la detención, la Fiscalía de Escocia desistió de formalizar la acusación y archivó el caso, una decisión celebrada por grupos provida y defensores de los derechos civiles, quienes denunciaron un uso excesivo de la ley.
La Alianza para la Defensa de la Libertad Internacional, que brindó apoyo legal a Rose, calificó la resolución como "una victoria" para la libertad de expresión cristiana y para cualquiera que valore el derecho a la conversación pacífica en la calle.
El episodio generó repercusiones más allá del Reino Unido: el Departamento de Estado de EE. UU. advirtió sobre los riesgos para la libertad de expresión si se criminalizan acciones como la de Docherty.
Representantes políticos y organizaciones internacionales recordaron que el simple hecho de ofrecer diálogo, oración en silencio o consuelo a mujeres en crisis no debería ser penalizado en sociedades libres.
La propia Rose expresó su satisfacción: «Esta victoria no es solo para mí, sino para todos los que creen que debemos ser libres para conversar pacíficamente». Lamentó que, tras su arresto, las autoridades le ofrecieran retirar los cargos si admitía su culpabilidad, opción que rechazó por convicción.
La policía devolvió el cartel a Docherty y anunció que están revisando la aplicación de la normativa. Sin embargo, para la ADF, el caso puso de manifiesto los peligros de las «zonas de contención» si se utilizan para reprimir la opinión de ciudadanos pacíficos.
El abogado Lorcan Price advirtió: «Nadie debería temer ser arrestado por ofrecer una conversación consensuada. Esto demuestra la urgente necesidad de proteger las libertades fundamentales en Escocia».
Este caso reabre el debate sobre hasta qué punto se limitan las restricciones al derecho de manifestación y cuánto espacio público debe protegerse para el diálogo y el testimonio cristiano. En este momento es muy importante proclamar la verdad con amor y respeto, confiando en que Dios honra la integridad y la compasión de quienes defienden la vida y la dignidad humana.
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