PERÚ.- Carlos Loli Arroyo (59) era un hombre solitario y poco comunicativo. Su casa, situada en el 133 del jirón Sáenz Peña, siempre tenía la puerta y ventanas cerradas, pues no quería que nadie se entere de las atrocidades que hacía en el interior. Sin embargo, los vecinos notaron algo aun más sospechoso cuando vieron que diferentes niños ingresaban al inmueble y permanecían por varias horas.
LO DESCUBREN. La policía fue alertada de esta extraña situación y tras investigar al dueño del inmueble y montar vigilancia descubrieron que se trataba de un homosexual que, presuntamente, convencía a niños de visitar su casa, para luego abusar de ellos.
El martes último, en coordinación con la fiscalía, la policía de la comisaría de Chimbote, decidió intervenir la casa, luego que vieran que dos niños de no más de 12 años habían ingresado al inmueble.
Cuando los agentes del orden irrumpieron, Carlos Loli se encontraba tratando de bajarle el pantalón a uno de ellos. Los menores fueron identificados con las iniciales J.O.S. C. (11) y J.A.A.C. (12), quienes le confesaron a la policía que el homosexual les daba una propina para que ellos permitieran que él les practicara sexo oral.
LO DESCUBREN. La policía fue alertada de esta extraña situación y tras investigar al dueño del inmueble y montar vigilancia descubrieron que se trataba de un homosexual que, presuntamente, convencía a niños de visitar su casa, para luego abusar de ellos.
El martes último, en coordinación con la fiscalía, la policía de la comisaría de Chimbote, decidió intervenir la casa, luego que vieran que dos niños de no más de 12 años habían ingresado al inmueble.
Cuando los agentes del orden irrumpieron, Carlos Loli se encontraba tratando de bajarle el pantalón a uno de ellos. Los menores fueron identificados con las iniciales J.O.S. C. (11) y J.A.A.C. (12), quienes le confesaron a la policía que el homosexual les daba una propina para que ellos permitieran que él les practicara sexo oral.
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