ESCOCIA.- La nueva Ley de Servicios de Aborto de Escocia, que entró en vigor el mes pasado, podría sancionar a quienes realicen oraciones en sus hogares, según una carta enviada a algunos residentes de Edimburgo y publicada por el diario The Telegraph.
La carta estaba dirigida específicamente a quienes viven en las llamadas "zonas de acceso seguro", un área de 200 metros alrededor de las clínicas abortistas de todo el país, donde está prohibido realizar "cualquier acción" que pueda considerarse "acoso". "o causar "alarma" o "angustia" al personal y a los pacientes.
Las directrices del gobierno incluyen la "predicación religiosa" y las "vigilias silenciosas" como ejemplos de actividades prohibidas en estas zonas si se llevan a cabo con "intencionalidad o imprudencia". Por lo tanto, se advirtió a los residentes que podrían enfrentar cargos por tales acciones, incluso dentro de sus propios hogares. Según la carta, las infracciones menores de la ley podrían dar lugar a multas de hasta 10.000 libras esterlinas (unos 13.000 dólares), mientras que las infracciones graves podrían conllevar sanciones financieras ilimitadas.
La nota aclara que “en general, las infracciones se aplican en espacios públicos dentro de zonas de acceso seguro. Sin embargo, las actividades realizadas en un lugar privado (como una casa) dentro del área entre las instalaciones protegidas y el límite de una zona podrían considerarse un delito si son visibles o audibles desde la zona y se llevan a cabo de manera intencional o imprudente”.
Activistas provida y opositores al aborto han expresado a The Telegraph su preocupación de que su libertad de expresión religiosa pueda verse limitada.
“Como cristiano, oro todo el tiempo. Pensar que esto podría ser un delito penal, incluso en las inmediaciones de mi propia casa, es realmente increíble", afirmó un joven residente de Edimburgo.
Según Michael Robinson, director ejecutivo de la Sociedad para la Protección de los No Nacidos, regular y controlar la actividad religiosa en la propiedad privada es una decisión "siniestra y profundamente orwelliana".
Por su parte, Andrea Williams, directora ejecutiva del movimiento cristiano Christian Concern, considera que estas leyes son "regresivas" y representan una forma de "extralimitación del Estado".
En respuesta, un portavoz del Gobierno escocés subrayó que la ley "no penaliza ningún comportamiento específico, incluida la oración", y que las zonas de acceso seguro están diseñadas para "proteger el derecho de las mujeres a acceder a la atención sanitaria".
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