La Casa Blanca informó que 'mantener a soldados con antecedentes o diagnóstico de disforia de género', que podrían necesitar un tratamiento médico importante, 'presenta un considerable riesgo para la efectividad militar', indicó refiriéndose a aquellos soldados que habrían pasado por una reasignación de sexo.
Como se recuerda, fue en el 2017 cuando Trump dejó en claro que revertiría una orden de su predecesor, Barack Obama, quien permitió que los soldados transgéneros formen parte del ejército, pero ahora las cosas cambiarían drásticamente y ya no podrán servir, solo en 'circunstancias limitadas'.
'Esta nueva política permitirá al ejército aplicar estándares bien establecidos de salud mental y física, incluyendo los relativos al uso de medicamentos de forma igualitaria a todos los individuos que quieran unirse y luchar por la mejor fuerza militar que el mundo ha visto', dejó en claro la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders.
LA RESPUESTA ANTE LA MEDIDA
Como era de esperarse, las respuestas no se hicieron esperar, y varios congresistas demócratas y grupos de derechos civiles criticaron duramente la nueva política. '“Nadie con fuerza y valor para servir en el ejército de Estados Unidos debería ser rechazado por quién es. Esta odiosa prohibición está diseñada para humillar a nuestros valientes soldados transgénero que sirven con honor y dignidad”, dijo en Twitter Nancy Pelosi, la líder de los demócratas en la Cámara de Representantes.
En tanto, Human Rights Campaign, considerada como la mayor organización de derechos civiles de la comunidad LGBT en Estados Unidos, acusó a Trump de introducir 'prejuicios antitransgénero en el ejército'.
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