EE.UU.- El presidente de EEUU Donald Trump recibió el pasado sábado en Florida al presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, y ambos compartieron una cena privada en el complejo vacacional de Mar-a-Lago, al que el mandatario estadounidense le gusta referirse como «la Casa Blanca del sur».
Se trata de la primera reunión entre los dos líderes que comparten las mismas ideas contra el globalismo. El presidente estadounidense sí tuvo palabras de elogio a su invitado brasileño. «Ha hecho un trabajo fantástico, fantástico. Brasil lo ama y Estados Unidos lo ama. Nuestra amistad es probablemente más fuerte ahora que nunca», dijo a los periodistas, junto a Bolsonaro, a las puertas de su residencia en Mar-a-Lago. Durante la cena, estuvieron acompañados de autoridades brasileñas, entre ellas el ministro de Defensa, Fernando de Azevedo e Silva.
Para Bolsonaro, el viaje será una oportunidad de reunirse con empresarios en busca de inversiones que puedan ayudar a Brasil a corregir sus perspectivas económicas. Las autoridades brasileñas reconocieron que el crecimiento económico se desaceleró hasta el 1,1% el año pasado (frente a un 1,3% en 2018 y 2017), y la amenaza de un frenazo global provocado por la crisis del coronavirus podría enturbiar aún más el horizonte de una economía que no acaba de recuperarse tras la grave recesión de 2015 y 2016.
El encuentro entre los dos presidentes se produce un año después de que Trump recibiera a Bolsonaro en la Casa Blanca, donde exhibieron su buena sintonía.
Admiración y elogios
Ambos políticos comparten la misma posición contra la ideología de género, en el que Bolsonaro basó su exitosa campaña de 2018 y que llevó a Trump a la Casa Blanca en 2016. El presidente brasileño no oculta la admiración por su homólogo estadounidense y hasta le gusta referirse a sí mismo como «el Trump del trópico».
Trump, por su parte, ha tenido elogios hacia las políticas de Bolsonaro y no se sumó a las críticas de muchos líderes occidentales por su gestión de los terribles incendios que arrasaron la región amazónica el año pasado.
Se trata de la primera reunión entre los dos líderes que comparten las mismas ideas contra el globalismo. El presidente estadounidense sí tuvo palabras de elogio a su invitado brasileño. «Ha hecho un trabajo fantástico, fantástico. Brasil lo ama y Estados Unidos lo ama. Nuestra amistad es probablemente más fuerte ahora que nunca», dijo a los periodistas, junto a Bolsonaro, a las puertas de su residencia en Mar-a-Lago. Durante la cena, estuvieron acompañados de autoridades brasileñas, entre ellas el ministro de Defensa, Fernando de Azevedo e Silva.
Para Bolsonaro, el viaje será una oportunidad de reunirse con empresarios en busca de inversiones que puedan ayudar a Brasil a corregir sus perspectivas económicas. Las autoridades brasileñas reconocieron que el crecimiento económico se desaceleró hasta el 1,1% el año pasado (frente a un 1,3% en 2018 y 2017), y la amenaza de un frenazo global provocado por la crisis del coronavirus podría enturbiar aún más el horizonte de una economía que no acaba de recuperarse tras la grave recesión de 2015 y 2016.
El encuentro entre los dos presidentes se produce un año después de que Trump recibiera a Bolsonaro en la Casa Blanca, donde exhibieron su buena sintonía.
Admiración y elogios
Ambos políticos comparten la misma posición contra la ideología de género, en el que Bolsonaro basó su exitosa campaña de 2018 y que llevó a Trump a la Casa Blanca en 2016. El presidente brasileño no oculta la admiración por su homólogo estadounidense y hasta le gusta referirse a sí mismo como «el Trump del trópico».
Trump, por su parte, ha tenido elogios hacia las políticas de Bolsonaro y no se sumó a las críticas de muchos líderes occidentales por su gestión de los terribles incendios que arrasaron la región amazónica el año pasado.
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